martes, 2 de junio de 2009


Juan Domingo Perón había desafiado los intereses de la oligarquía terrateniente de la Argentina, cuando impuso el estatuto del peón y el cumplimiento del salario mínimo rural. En 1944, la Sociedad Rural afirmaba: «En la fijación de los salarios es primordial determinar el estándar de vida del peón común. Soft a veces tan limitadas sus necesidades materiales que un remanente trae destinos socialmente poco interesantes». La Sociedad Rural continúa hablando de los peones como si fueran animales, y la honda meditación a propósito de las cortas necesidades de consumo de los trabajadores brinda, involuntariamente, una buena clave para comprender las limitaciones del desarrollo industrial argentino: el mercado interno no se extiende ni se profundiza en medida suficiente. La política de desarrollo económico que impulsó el propio Perón no rompió nunca la estructura del subdesarrollo agropecuario. En junio de 1952, en un discurso que pronunció desde el Teatro Colón, Perón desmintió que tuviera el propósito de realizar una reforma agraria, y la Sociedad Rural comentó, oficialmente: «Fue una magistral disertación».




Eduardo Galeano, "Las venas abiertas de América Latina", Buenos Aires, 1984.







pd: Lo de la izquierda, es porque, vale aclarar, con la cuestión de las retenciones, fueron más de uno los grupos ¿Socialistas? que se declararon en contra de la 125 y, no llenos, se manifestaron conjuntamente con la Sociedad Rural sobre las calles de Palermo.Lo más cómico, es que estos ¿zurditos? después vienen a criticar al Peronismo como si se los estuviera plagiando.Llegamos a este punto porque una parte de la izquierda se puso a defender los intereses de la Sociedad Rural con la excusa de defender a los pequeños productores; y el otro creyo ponerse a salvo con el "ni con el gobierno ni con el campo", una postura llamada a la importancia de no quemarse. Los del campo tiraron toneladas de leche y alimentos perecederos durante la protesta, dejando bien en claro que, lo importante, no es el hambre de los pobres, sino, la rentabilidad de sus empresas. Hay un millon de trabajadores rurales en negro y muchos sufren los efectos nocivos de los agroquimicos como el glifosato. ¿Esta bien lavarse las manos con la postura "ni ni"?