lunes, 17 de mayo de 2010

OEN

A continuación, una breve recopilación de las reflexiones introspectivas del poeta de ascendencia teutona y de fuerte influencia de su par germano Goethe, Otto Erik Neiman.

"... A menudo la gente apunta a asignarle una valencia mística y sobredimensionada al final de las cuestiones, a la conclusión de las cosas: se preocupa más por las últimas palabras, la postrera mirada y el terminal adiós que por el circunstancial transcurso y el intenso desarrollo de las acciones. En mi particular reflexión este asunto es una pifia. La persona -acostumbrada al final como el componente emotivo de las cosas- ignora la valía del momento en curso, la trascendencia y el más allá de la situación vivida en el aquí y el ahora; no puede ver sino a la despedida como el fin de un ciclo y el comienzo de otro, cuando en realidad, de a momentos, los profundos cambios que representan una bisagra en la vida de la persona se dan en el día a día, en la experiencia cotidiana y no tanto en la formal o no tan formal finalización de una cosa. La valencia de las cosas se deben dar en el tiempo y el espacio en que se operan..."

Lo que el poeta intenta explicar es que te emocionás y hasta valorás las cosas, casi siempre cuando se terminan o bien cuando no las tenés más; y plantea esto como un error. Postula que se deberían valorar los actos en el momento que se hacen, valorar un buen gesto cuando se realiza y no cuando la persona se aleja por razones de fuerza mayor -muerte- o fuerza menor - vivir otro momento de su vida sin nosotros-.
Dice conveniente reconocer lo digno y benevolente de un gesto en el momento y en el lugar que se hacen. Todo esto, en razón de que puede generar un buen estado de ánimo entre las dos personas además de evita que la muerte brinde frustración por no haber podido reconocer en vida lo que uno consideraba positivo.

viernes, 7 de mayo de 2010

Resolutiva peronista


"...El centro de los conflictos argentinos se expresa y visualiza, sobre todo, en el peronismo. En él aparece lo mejor y lo peor. Cuando uno observa el peronismo con la visión antropológica que yo sostengo, se encuentra los problemas en carne viva que cuando uno observa el radicalismo, que expresa a grupos y sentimientos que tienden a limar asperezas, a hacernos creer que somos civilizados, tranquilos, previsibles. El peronismo no lima nada, pone todo arriba de la mesa y resulta que hay de todo: diamantes con basura, computadoras con una plancha vieja, cajas viejas y tornillos. Es la Biblia con el calefón. Por eso es más espejo de nuestra sociedad, con sus vicios y virtudes, su xenofobia y fascismo, sus utopías y sueños...".




Osvaldo Soriano, entrevista a "La semana", 1987.