jueves, 30 de junio de 2011

Sobre filosofía política

¿Qué es la filosofía? La filosofía es el arte de preguntar. ¿Qué es la política? La política es la manera en que las sociedades se organizan. ¿Qué es la filosofía política? Es el arte de preguntar sobre la manera en la que las sociedades se organizan.

Una vez que prefiero una alternativa política, dentro de un menú de ofertas políticas para organizar a la sociedad de distintos modos, defiendo esa idea. La defiendo siempre considerando que es una opinión, no una verdad absoluta. No creyendome el "dueño de la verdad". Pero la sostengo con compromiso y por convicción. Eso es la política militante: interés por ideas y no por negocios. A ese camino hay que ir. A ese punto hay que llegar. Esa es la verdadera transformación política, la de convertirla en un debate de principios y no en una lucha de intereses. ¿Pero cómo se llega? ¿Cuál es la manera de transformar la vieja política en nueva política? Básicamente tenés dos opciones para transformar esta política: 1) Yendo de medios a fines; 2) Yendo de fines a medios.
Lo que acabo de decir más arriba parece un juego de palabras, pero tiene una cierta lógica. Vamos a pasar a definirlo.

Ir de medios a fines significa pensar, transitar, transformar y dirigirnos al país que queremos desde las estructuras de poder reinantes en la actualidad social, en vez de intentar crear estructuras de poder desde la resistencia al mismo.






Ir de fines a medios significa pensar, transitar, transformar y dirigirnos al país que queremos desde la organización de una resistencia a la vieja política, en lugar de insertarse en la misma para generar un cambio desde adentro desde las estructuras de poder.

Definidos los conceptos políticos y las estrategias posibles de seleccionar para transformar un país... ¿Dónde se puede ubicar al kirchnerismo? ¿En una construcción política de "medios a fines" o bien de "fines a medios"?

Tomando un ejemplo conocido tal vez se pueda explicar de una mejor manera. La relación entre el kirchnerismo y el Grupo Clarín. Precisamente, dirigiéndonos a la elección presidencial en la que resulta electa por sufragio universal Cristina. Durante todo ese período, Clarín fue kirchnerista y el kirchnerismo fue clarinista. Algo impensado hoy. "¿Cómo puede ser que los que ahora se llevan tan mal antes se llevan tan bien? Son unos mentirosos. Son todos iguales. No tienen principios, viejo". Considerar esto así es un error. ¿Hubiera sido posible una reelección kirchnerista sin el apoyo de Clarín teniendo en cuenta su influencia sobre la opinión pública previo a toda la batalla cultural que se dio con la Ley de Medios? En mi opinión, no. Basta recordar la imagen y la medición de Cristina y Néstor en las encuestas en pleno conflicto con la oligarquía terrateniente. Clarín jugó en contra y, sin dudas, puso al pueblo en contra. Todo esto fue previo al debate a diario de la Ley de Medios. Una vez dado este debate, esta batalla cultural, Cristina recuperó su imagen positiva y obtuvo una elevada medición en las encuestas. De medios a fines. Desde adentro del sistema, explota. Lo da vuelta. Le cambia la ideología. Haber intentando crear un aparato de comunicación en un mercado tan hegemonizado por el Grupo Clarín hubiese sido un despropósito. Algo así como el Partido Obrero que por no ensuciarse las manos, termina por no transformar nunca la realidad. Termina por ser un partido de poca gente -aunque se asuma popular, que viene de pueblo- que no logra su cometido, la transformación de la realidad social imperante.

Limpiandolo, la política militante que despertó Néstor y Cristina desde las estructuras de poder imperantes en la realidad social de su tiempo partió de la siguiente base:

1) Queremos transformar la realidad social de Argentina.
2) Para transformar la realidad social de Argentina hace falta poder transformarla.
3) Para poder transformar la realidad social de Argentina hace falta poder.
4) ¿Dónde está el poder?
5) El poder está en los votos.
6) ¿Cómo se puede conseguir votos?
7) Con influencia ideológica o con un aparato partidario -sin más, el PJ-. Mejor, con los dos.
8) ¿Cómo influyo ideológicamente, cómo creo ideología, cómo formo opinión?
9) Con los medios de comunicación en tu favor.
10) Una vez que podemos transformar la realidad, una vez que depende de nosotros, la transformamos.






viernes, 24 de junio de 2011

Licenciatura en Recursos Inhumanos

¿Qué es Recursos humanos? ¿Cuál es su objeto de estudio? ¿De qué se encarga? Podríamos definir a Recursos humanos básicamente como el área de estudio de la gestión de personal. ¿Qué es la gestión del personal? Es la actividad tendiente a la atracción, la búsqueda, la selección, el ingreso, el desarrollo, la capacitación, la retención, la motivación y el egreso de las personas en el marco de una organización o de una empresa. En todo el transcurso de las personas como empleados, en el desarrollo de su vida en relación con la actividad laboral, será el área de Recursos Humanos el área encargada de prestarle atención.







Algunos apuntes conceptuales que me quedaron en la cabeza de mi paso por la Universidad de Morón:



1) Jóven talento. Talento es aquel que tiene dos idiomas, dos títulos y futuro. Una persona que puede crecer dentro de la compañía. Crecer es obtener un ascenso. Obtener un ascenso es estar más cerca de ser gerente. Ser gerente es estar más cerca del cielo. Estar más cerca del cielo es estar más cerca de poder ser empresario. Estar más cerca de ponerte una empresa es estar más cerca de ser Dios. ¿Que talento es el de los artistas? Andá...

2) Necesidad. Acá tenés que estar despierto. Si dormís, fuiste. Tenés que entender que donde existe una necesidad, nace un negocio. Siempre que haya una necesidad existirá la posibilidad de venderle a ese consumidor el producto o el servicio con el cual pueda satisfacer sus urgencias. Hay que hacer negocio con las necesidades humanas. Es lo correcto. ¿Qué decís? ¿Que donde existe una necesidad nace un derecho? ¿Qué fumás?

3) Reducción de costos. Es un punto muy sencillo. Cuando a la empresa no le cierran los números, o bien, le cierran pero quiere que le cierren mejor, hay que reducir costos. ¿Qué es reducir costos? Es pagarle a los trabajadores lo menos posible pero tratando de que no se vayan a la mierda. Que estén cobrando lo más cercano a la miseria y siendo felices. Reducir costos implica, en lo posible, que aumenten los precios sin que aumenten los salarios de los trabajadores y que estos no se quejen. Importa hacer plata, no que vivan mejor. ¡Primero la empresa!

4) Empresa. La empresa es la Patria del oficinista. El oficinista por la empresa da la vida. Por su Patria no reclama las horas extras que no le pagan, por su Patria no se afilia a un sindicato -cosa de obreros-, por su Patria defenestra los Convenios Colectivos de Trabajo, por su Patria se queja de los feriados que decretó Cristina -aunque esos días cobre sin trabajar-. A todo esto la empresa le paga con el privilegio de explotarlo a él y no a otro. Porque en ésto la empresa es más inteligente que el oficinista: su Patria es la ganancia. Su única bandera es la de la ganancia. Si Buenos Aires le deja más guita que Ohio, a Buenos Aires vamos. Allá encontraremos alguna publicidad para hacer, seguramente con gauchos y mates, dejando bien en claro que antes que nada a la empresa le importa el bienestar de la gente, claro. ¿Que en China no nos cobran impuestos? Bueno, nos vamos. Ahora nos importan los chinitos. Sepan disculparnos, pero el capital llama.

5) Salario. El salario de una persona depende de tres factores: 1) el mercado; 2) el puesto; 3) el desempeño. Es correcto. En este caso lo que no me enseñaron es que el salario no es ganancia sino que es el equivalente -si bien hay salarios más grandes y salarios más chicos- al monto mínimo requerido para la subsistencia de la persona que trabaja. Algo más... ¿Por qué no se paga menos que un determinado mínimo? Porque de morirse, los dueños de los medios de producción, no tendrían de quien vivir. No tendrían plusvalía, no tendrían valor agregado por el obrero. Por tanto es indispensable la existencia de una clase trabajadora para la explotación de la misma. (Acá también se podría agregar el hecho de por qué no se mata a todos los negros de mierda... ¿De quién vivimos si no? Pero, bueno, no viene al caso).

6) Colaboradores. Acá me pongo marxista. Colaboradres es el término con que se llama a los trabajadores de oficina. ¿Por qué? ¿No están en relación de dependencia como los obreros? ¿Es por una cuestión racial? ¿Son menos trabajadores que los operarios? Partamos de los puntos en común: 1) Los dos son trabajadores; 2) Los dos agregan valor; 3) Los dos generan plusvalía; 4) El empresario vive del sobretrabajo de los trabajadores en relación de dependencia, tanto obrerios como oficinistas. Si tienen tantos intereses en común... ¿Por qué no se unen en función de buscar una mejor calidad de vida? ¿Por qué no se unen contra el capital si los dos son el trabajo? Por una sencilla razón: el privilegio de clase. El oficinista tiene la remota posibilidad de ser gerente, por tanto, tiene la posibilidad más o menos latente de ascender socialmente. La igualdad social no le importa tanto como al obrero, porque, a fin de cuentas, él no vive tan mal. Él es la clase media. Él precisa comprarse una casa, no pasa hambre. Tienen necesidades de distinta jerarquía. Además de todo ésto, como dijimos, pauta su conducta sobre la norma del amo, sobre lo que hay que ser, sobre lo que está bien, sobre lo que está bueno... O sea sobre el empresario, sobre el gerente -su representante- y no sobre el obrero.




"El capitalista vive del valor que agrega el obrero, del trabajo excedente. El obrero, por ejemplo, trabaja diez -10- horas de las cuales el capitalista sólo le abona la mitad, trabajando la mitad de su jornada laboral en beneficio del empresario. Por lo que el obrero no sólo produce lo que consume, sino que, además, produce lo que consume el capitalista y que no le abona. Así es como el capitalista tapiza sus Mercedes con el sudor de la frente del obrero. Así es como unos viven de los otros. Así es como una clase se da al ocio y otra al trabajo. Así es como se privilegia el capital invertido y no el trabajo realizado a la hora del reparto de lo producido. Así es como se genera la plusvalía."






miércoles, 8 de junio de 2011

Diferencias culturales entre el pueblo y la izquierda

El pueblo es de izquierda. Bah, pueblo hay uno sólo. Siempre es el mismo y, por decir, no tiene ideología. Lo que resulta es que determinados sectores minoritarios -que son poquitos y, muchas veces, de izquierda- que se autoproclaman "populares" -que viene de pueblo, que son muchos- buscan ser la representación de ese pueblo, deviniendo en la parte que se identifica con el todo, sin que este todo se identifique con la parte; o más bien, buscan que el pueblo se identifique con ellos al cantar que son populares. Nosotros somos el pueblo. Nosotros somos su expresión porque representamos sus intereses. No, no son el pueblo. Son una parte, un sector minoritario, tal vez, muy minotitario del pueblo. Un sector con el cual el pueblo, la mayoría, no se identifica en lo más minimo por más conveniente que esta parte del todo suene. No representan sus intereses, porque los intereses del pueblo son aquellos que el pueblo dice que son sus intereses, y bien, no otros, por más beneficiosos que estos resultasen al modesto entender de uno para este todo. Y no hay peor escollo para la construcción política que negar este punto. No hay peor escollo por la cuestión de que el pueblo verá a estos tipos como sectarios -sectarios como integrantes de un sector- como delirantes, como un grupo de gente con la cual no se identifica para nada. Si se identificaría, la votaría. Porque esos son los representantes del pueblo: sus gobernantes. Cuando los gobernantes no son el espejo del pueblo, son épocas de crisis, seguramente, de circunstancias empapadas de violencia. Por otro lado, a quien diga que las elecciones están arregladas, que los gobernantes no representan a su pueblo cuando estos son los que lo votan, que por más que votemos está todo fijado de antemano, que pida datos sobre la el dinero gastado en pauta, el dinero gastado en propaganda, el dinero gastado en consultoras, el dinero gastado en encuestas y el dinero derivado al marketing político. Ahí tiene una buena razón para negar su escepticismo. No se invierte sin sentido, sin intenciones. No se gasta sin motivos, se invierte en función de ganar votos, de representar gente, de lograr identificación del pueblo con el partido inversor. Tal vez por otras cosas, pero, por sobre toda posible interpretación, para ganar tu voto.

Algunos apuntes a la militancia izquierdista, sea de la izquierda oficial o de la izquierda no oficial, en pos de afinar su construcción política...

El pueblo no escucha Silvio Rodriguez.

El pueblo escucha cumbia.

El pueblo sabe quién es Hernán Caire.

El pueblo no sabe quién es Manu Chao.

El pueblo no va al teatro.

Si va al teatro, el pueblo, es para escuchar hablar algún candidato del PJ.

El pueblo va a la cancha.

El pueblo se vuelve loco cuando escucha un bombo, una trompeta y un redoblante.

El pueblo odia a los hippies que hacen fogón y acaparan minitas, en vez de hacer bailongo y compartirlas en medio de un improvisado baile.

El pueblo mira todos los días a Tinelli.

El pueblo se caga de risa con Tinelli.

El pueblo idolatra a Tinelli.

El pueblo está enamorado de Tinelli.

El pueblo no simpatiza con los intelectuales, le caen soberbios.

El pueblo no lee a Galeano.

El pueblo no lee mucho.

El pueblo no leyó, no lee ni nunca leerá "El Capital".

El pueblo sólo lee para rendir parciales.

El pueblo rinde parciales para recibirse.

El pueblo estudia para trabajar.

El pueblo trabaja para hacer guita, la más que pueda.

Al pueblo, si la tiene, le importa un carajo el que duerme en la calle.

El pueblo no se mete en política para no joder a nadie.

El pueblo siempre le echa la culpa de todo lo malo en la sociedad a sus representantes.

El pueblo es solidario. Cada tanto dona algo porque Tinelli conduce ese programa.

El pueblo no se mete en política para ser "solidario". Porque eso es una mentira. Mentira de políticos. Políticos que lo estafan porque son todos iguales.


Por último, un modesto ejercicio práctico para que las organizaciones no populares reflexionen sobre su modesta manera de entender la realidad:

1) Si en una vereda hay 10 personas -las 10 miran Tinelli-, y en la otra hay 2 personas -las 2 escuchan Manu Chao-...

Pregunta: ¿Qué vereda es más popular? ¿La que tiene 10 o la que tiene 2 personas?




La realidad es ésta. De acá a lo que quieras que sea, te invitó a militar. Te invito a militar para transformar, para cambiar, para modificar lo que no te gusta. Pero siempre con la condición de tener la conciencia firme de saber a quién aspirás a representar, de saber sobre sus intereses, de conocer sus necesidades, sus inquietudes y sus sugerencias, y, por sobre todas las cosas, de no pensarte la vanguardia de una verdad que por necios ellos todavía no conocieron. Porque eso es ser soberbio, y al pueblo, el hecho de que te pienses superior a él por ser el dueño de la verdad, no le gusta.


Sumate.