"...Allen, como muchos hombres, persistía en amoríos sin valor por la sola razón de haber perdido mucho tiempo en concretarlos. Como no se atrevía a admitir que estaba aburrido, se arrastraba entre lastimosos conflictos cotidianos a los que procuraba inútilmente disfrazar de tragedias. Sin darse cuenta, había sido atrapado por los horarios y los escalafones. Llevaba una vida ordenada, en el peor de los sentidos. A veces, percibía el rumbo humillante de sus días. Entonces se justificaba hablando del milagro del amor."
"El libro del Fantasma", Alejandro Dolina.
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