jueves, 24 de enero de 2013

La ansiedad de la peor novedad





La noticia es un producto. Los medios de comunicación una empresa. Los lectores, televidentes y los oyentes, son los consumidores y clientes de turno de una obra que merece muchas veces ser devuelta contra el reintegro del dinero por estafa, engaño y manipulación. Pero claro, el dinero no es todo. Mienten aquellos que lo afirman. Que alguien me explique la publicación de la foto del supuesto Chávez agonizando por diez, quince o veinte billetes más. Nada tiene que ver la economía, el marketing o el periodismo. Acá lo que juega fuerte y saca lo peor, es la política; no queda duda alguna. Seamos buenos entre nosotros. ¿Por qué si no es por odio político el periódico "El País" publica semejante aberración al buen gusto? ¿Qué motivo puede llegar a fundamentar que se publica la imagen del revolucionario en desgracia para informar? ¿Acaso la confirmación del grave estado de salud del Presidente de Venezuela, tanto por el oficialismo como la oposición, acaso no basta? ¿No es morbo? Y si es morbo, ¿qué sentido tiene? ¿Vale la pena publicarlo? ¿En qué se beneficio el diario? ¿Aumentó las ventas? ¿Aportó información? ¿Sirvió a la política? ¿Enriqueció la cultura?

Dañó la imagen de una persona.

Se ganó el repudio del periodismo, inclusive del que le es servil.


Pienso en Crónica, bizarro y morboso en esencia,  transmitiendo a las 22 hs la imagen del cadáver de Perón y de la ausencia de sus manos, titulando algo así como "¿Quién se robó las manos de Perón?", haciendo noticia a cajón abierto, vendiendo información innecesaria; pero, así inclusive, fiel a su estilo. Bizarro. Amarillista. Desagradable en cierto punto. Pero es claro: eso es Crónica. Y Crónica es diferente a El País (antes que nada porque El País es un medio de comunicación internacional, no está firme junto al pueblo ni tampoco es un espacio para reproducción de una cultura hegemónica). Siendo estos dos medios diferentes, su esencia no es la misma: no es el amarillismo su columna vertebral. Por lo menos no lo es del diario El País, me permito afirmarlo. Pero entonces, ¿qué es? ¿Será amarillismo el despropósito informativo de el diario El País? ¿Puede ser el amarillismo una acción programada, una noticia hecha a propósito, un producto morboso hecho a voluntad en un periódico que no lo es? 

Denme un espacio para la duda, porque yo no lo creo.

En el claro desacierto comunicacional del diario español, no se refleja otra cosa que no sea una intención de deseo. La voluntad de ver a Hugo Chávez en las últimas. Por más que sepa y tenga conciencia de su grave de estado, de su agonía, que en el apuro por publicar la imagen de su caída se interpreta  se lo quiere volver verdad explícita y fuera de discusión a través de un retrato. 

Lo sufrió Evita. Lo sufrió Néstor Kirchner. Lo sufre Cristina cada vez que le gritan cosas horribles, desagradables a la buena fe.


A veces la política saca lo peor de cada uno y le impide a ese uno mismo darse cuenta de lo poco merecido que le grita al otro.

A través de las pintadas de "Viva el Cáncer", de un cartel que acusa "Néstor volvé: te olvidaste de Cristina" o bien de la imagen que publica este diario manifestando así la ansiedad de novedades. De la peor, y de lo peor.


El odio nos impide ver que somos presos de nuestros prejuicios, inconscientes de nutras limitaciones y negadores de nuestas contradicciones. Por lo menos, para ser un poco mejor.




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