miércoles, 14 de marzo de 2012

Sartre y el antikirchnerismo

 



¿Predicción? Actitud semejante si le cambiamos dos palabritas: "antisemita" por "antikirchnerista" y "judío" por "los Kirchner". Las contínuas citas son extracciones del ensayo "Reflexiones sobre la cuestión judía" de JP Sartre, traducido al español en 1948. Traducido al kirchnerismo en 2010. Nace de este texto sartreano una notable y realista analogía entre el antikirchnerismo y el antisemitismo salvando la distancia profunda que representa el genocidio. Un parecido enorme a la hora de catalogar al prejuicio como concepto, al preconcepto como opinión y a la mediocridad como idea.





• Si un hombre atribuye la totalidad o parte de las tribulaciones de un país así como las suyas propias a la existencia de los Kirchner en la sociedad, si propone resolver el problema privando a los Kirchner de algunos de sus derechos, apartándolos de ciertas actividades de ámbito económico y social, expulsándolos del territorio o exterminándolos a todos, se dice que ese hombre tiene opiniones antikirchneristas.

• El término opinión da que pensar… Es la palabra que emplea el ama de casa para poner punto y final a una discusión que amenaza con agriarse. Sugiere que todas las ideas son equivalentes, conforta y le otorga a los razonamientos un aire inofensivo al asimilarlos a los gustos. Lo natural es que haya todo tipo de gustos, todas las opiniones son de recibo; no se discute acerca de los gustos, los colores, las opiniones.

• En nombre de las instituciones democráticas, de la libertad de expresión, el antikirchnerista reclama el derecho de predicar por doquier la cruzada en contra de los Kirchner.

• Suele decirse que si le disgustan los Kirchner es porque la experiencia le ha revelado su maldad, porque las estadísticas le han demostrado que constituyen un peligro, porque ciertos factores históricos han influido en su juicio.

• El antikirchnerismo es algo muy diferente a una idea. Es en primer lugar una pasión. Puede, sin duda, presentarse disfrazado de propuesta teórica. Se inscribe en la lógica de lo pasional y lo irracional.

• Es pues la idea que uno se hace de los Kirchner la que parece determinar y condicionar la historia, y no el dato histórico el que origina la idea.

• No es extraño que se opte por una vida de tipo pasional antes que por una de tipo racional. Pero es por lo general que se ama los objetos de la pasión: las mujeres, la gloria, el poder, el dinero. El antikirchnerista ama el estado de apasionamiento.

• ¿Pero cómo se puede elegir razonar mal? Porque se tiene nostalgia de impermeabilidad. Quieren ser macizos e impenetrables, no desean cambiar, ¿adónde los conduciría el cambio? Se trata de un miedo primigenio y de un miedo a la verdad.

• Ellos quieren existir de inmediato y por completo (los antikirchneristas). No quieren opiniones adquiridas, las anhelan innatas; como le temen al pensamiento, desean adoptar un modo de vida donde el raciocinio y el análisis desempeñen tan sólo un papel subordinado, donde no se busque jamás nada excepto aquello que ya fue hallado, donde uno sólo pueda convertirse en aquel que ya era antes. No otra cosa es la pasión.

• Sólo la pervención sentimental puede mantener amordazado al pensamiento, sólo ella puede permancer impermeable a la experiencia y subsistir durante toda una vida. El antikirchnerista ha elegido el odio porque el odio es una fe; ha helegido minusvalorar las palabras y las razones.

• Saben que sus argumentos son inconsistentes, cuestionables. Al esgrimir argumentaciones bufas arrojan el descrédito sobre la seriedad de los razonamientos de su interlocutor.

• Su convicción es firme porque dedicidió ser impenetrable.

• Los Kirchner hagan lo que hagan no puede modificarlo, del mismo modo que el fuego no puede no quemar.

• Su actividad intelectual se acantona en la interpretación: busca en los acontecimientos históricos la huella de la presencia de un poder malévolo.

• Cuanto más me enfrasco en mi lucha contra el mal (oficialismo), menos tentado me siento de cuestionar el bien (oposición). Aunque no se lo cite, el Bien subyace en los discursos del antikirchnerista y como un sobreentendido implícito en su pensamiento.

• El antikirchnerista es un hombre que tiene miedo. No de los kirchneristas, desde luego: de sí mismo, de su conciencia, de su libertad, de sus responsabilidades, de la soledad, del cambio; de todo, salvo de los Kirchner.

• Elige que el bien (oposicion) sea algo incuestionable por miedo a verse obligado a cuestionarlo o a tener que buscarse otro.



Fuente: "Reflexiones sobre la cuestión judía", JP Sartre. Editorial Sudamericana, 1988.

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