domingo, 3 de febrero de 2013

El hombre mediocre

De un idealismo fundado en la experiencia

Ideal
¨    En la ética venidera florecerá un idealismo moral, independiente de dogmas religiosos: los ideales de perfección, fundados en la experiencia social.
¨    Los ideales, entre todas las creencias, representan el resultado más alto de la función del pensar.
¨    Un hombre, un grupo o una raza son idealistas porque circunstancias propicias determinan su imaginación a concebir perfeccionamientos posibles.
¨    Los ideales pueden no ser verdades; son creencias.
Educación
¨    Consiste en sugerir los ideales que se presumen propicios a la perfección.
Imaginación
¨    Construye ideales observando la naturaleza, como resultado de la experiencia; pero una vez formados ya no están en ella, son anticipaciones a ella, viven sobre ella para señalar su futuro.
Dogma
¨    Es la moral propia de gente primitiva y contraria a un idealismo, ya que en cada tiempo y espacio la realidad varía.
Ideal colectivo
¨    Coincidencia de muchos individuos en un mismo afán de perfección.
¨    No es que los acomuna una idea, sino que los une una misma manera de sentir, de pensar; convergen hacia un “ideal”
¨    Cada generación  puede tener su ideal; suele ser patrimonio de una minoría, cuyo esfuerzo consigue imponerlo a las generaciones siguientes.
Los temperamentos idealistas
El hombre con ideales
¨    Es un hombre cualitativo: posee un sentido de las diferencias que le permite distinguir entre lo malo que observa, y lo mejor que imagina.
¨    Suele ser rebelde o esquivo a los dogmas de su época.
¨    Ningún ideal es falso para quien lo profesa.
¨    Hay dos tipos de idealistas
1.     Idealista sentimental. Es romántico. Su imaginación no es inhibida por la crítica y los ideales viven de sentimiento.
2.     Idealista experimental. Los sentimientos son encarrilados por la experiencia y la crítica coordina la imaginación: los ideales se tornan reflexivos y serenos.
El hombre sin ideales
¨     Es un hombre cuantitativo; puede apreciar el más y el menos, pero nunca distinguir lo mejor de lo peor.
El idealismo romántico
¨    Sueñan lo más para realizar lo menos.
¨    Son exagerados, ingenuos, sensibles y fácil de conmoverse.
¨    Nunca se integran como se piensan.
¨    Dionisiacos. Sus aspiraciones se traducen en hostilidad contra todo lo que se opone a sus corazonadas y sueños.
¨    Disponen de esas “Razones que la razón ignora”, Pascal.
¨    Su amor a todos los que sufren es paralelo al odio contra los que oprimen su propia individualidad: llega a amar a las víctimas para protestar contra el verdugo indigno.
El idealismo estoico
¨    Lecciones de realidad. No matan al idealista, sino que lo educan.
¨    No puede doblar la realidad a sus ideales, pero los defiende de ella, procurando salvarlos de todo envilecimiento.
¨    Crítica al romántico. Los romanticismos no resisten la experiencia crítica: si duran hasta pasada la juventud, su ardor no equivale a su eficiencia.
Individualismo
¨    Es una revuelta contra los dogmas y los valores falsos de las mediocracias.
¨    El temperamento individualista. Llega  a negar el principio de autoridad.
¨    Partidos. Le son indiferentes por igual, mientras no descubre en ellos ideales consonantes con los suyos.
¨    Nobleza. El individualismo es noble si un ideal lo alienta y lo eleva; sin ideal, es una caída a lo más bajo de la mediocridad.
El hombre mediocre
¨    Definición: “Producto de la costumbre, desprovisto de fantasía, ornado por todas las virtudes de la mediocridad, llevando una vida honesta gracias a la moderación de sus exigencias, perezoso en sus concepciones intelectuales, sobrellevando con paciencia conmovedora todo el fardo de prejuicios que heredó de sus antepasados”, Filisteo.
¨    Entorno. Se define en razón del contexto en el que se desenvuelve.
¨    La perfección que no alcanza. Para alcanzar la perfección se requiere cierto nivel ético y una mínima educación intelectual. Los que viven debajo de ese nivel y no adquieren esa educación, permanecen sujetos a dogmas que otros les imponen, esclavos de fórmulas paralizadas por
¨    Vulgaridad. Pone su mayor jactancia en exhibirla, sin sospechar que es su afrenta.
Hombre mediocre
Hombre superior

Accidente provechoso para la evolución humana
Dóciles a la presión del conjunto, maleables a la opinión pública
Puede sobreponer ideales suyos a las rutinas de los demás
Aspira a no desentonar
Aspira a diferenciarse
Piensa con la cabeza de la sociedad
Piensa con su cabeza
Rutinario, prejuicioso, dogmático, imitativo
Original, creativo, imaginativo
Adquiere el alma de la sociedad
Tiene un alma individual
Busca el éxito
Busca la gloria

Hombres sin personalidad
¨    No tiene características personales que permitan distinguir al individuo en su sociedad.
¨    No tienen voz, sino eco. La sociedad les ofrece un mismo repertorio de rutinas, prejuicios y domesticidades.
¨    Existencias vegetativas: muchos nacen, pocos viven. No tienen biografía. En la historia de su sociedad sólo vive el que deja rastros en las cosas. No ha vivido quien más quien cuenta más anos, sino el que ha sentido mejor un ideal.  Los hombres sin personalidad son innumerables y viven moldeados por el medio.
¨    Todos creen tener su personalidad. Los hombres sin personalidad son innumerables y viven moldeados por el medio.  Muchos cerebros torpes se envanecen de su testarudez. Diferenciarse es tener carácter propio.
Concepto social de la mediocridad
¨    Cada individuo es producto de dos factores:
1.     La herencia. Lo provee de órganos y funciones mentales que le transmiten las generaciones precedentes.
2.     La educación. Resultado de múltiples influencias del medio social en el que uno está obligado a vivir. Es una adaptación de las tendencias hereditarias a la mentalidad colectiva. Los comienzos de la educación están a cargo de las personas que le rodean, y los hábitos se organizan mediante la imitación.
¨    Personalidad. Está compuesta por
1.     Herencia biológica
2.     Imitación social
3.     Variación individual
Nueva base para la tolerancia
¨    Complementariedad de los hombres.  Los distintos elementos sociales se sirven mutuamente. Si en el mundo no hubiera más que rebeldes, no podría marchar; se volvería imposible la rebelde si faltare contra quien rebelarse. En síntesis: cada hombre necesita de su enemigo.
¨    Jerarquización de los hombres. La utilidad de los rutinarios está subordinada a la existencia del idealista.
Gloria y éxito
¨    Fama y popularidad.  Son la imagen transitoria del éxito. Sólo dura lo que dura una juventud, ya que el público oscila con la moda.
¨    Gloria. La buscan los grandes cerebros.
¨    ¿Qué es la fama y la popularidad? La sanción de los contemporáneos y no el significado del éxito.
Solidaridad hipócrita
¨    Beneficencia. El hipócrita mide su solidaridad por las ventajas que de ella obtiene; entiende a la beneficencia como una industria lucrativa. Antes de dar, averigua si tendrá repercusión su donativo. Invierte su dinero como si comprara acciones para sacar provecho del hambre ajena.
¨    Caridad. La  miseria de los corazones tristes alimenta la vanidad de los cerebros vacíos.
El hombre honesto
¨    Ni vicio ni virtud. Las mediocracias prefieren al honesto que al virtuoso. La honestidad está al alcance de todos mientras que la virtud es de pocos elegidos.
¨    Rebaje. Admirar al hombre honesto es rebajarse.
¨    Virtud y prejuicio. El talento moral practica la virtud, mientras el prejuicio es profesado muchas veces por el honesto.
Perdón sistemático
¨    Falta de justicia. El que perdona dos veces se hace cómplice de los malvados.
¨    Enseñanzas. Enseñemos a perdonar pero también a no ofender.
¨    El perdón a los genios. El tiempo perdona algunas culpas a los genios y a los héroes, capaces de exceder con el bien que hacen el mal que no dejaron de hacer; pero ellos son excepciones raras y en vida habría que medirlos con el criterio de la posteridad: la trascendente magnitud de su obra.
Obediencia
¨    La costumbre de obedecer engendra una mentalidad doméstica. La subordinación a los dogmatismos sociales, el acatamiento incondicional de los prejuicios admitidos, el respeto a las jerarquías y la disciplina ciega a la imposición colectiva.
Envidia y admiración
¨    Envidia. Nace del sentimiento de inferioridad respecto de su objeto.
1.     Antepone la aprobación ajena al propio juicio.
2.     Detestan a los que no pueden igualar, como si por el sólo hecho de existir, les ofendieran.
3.     Sufre del bien ajeno.
4.     Vanidoso.
5.     Se rebaja sin saberlo.
¨    Admiración. Es sentirse crecer en la emulación con los más grandes.
1.      Antepone el propio juicio a la aprobación ajena.
2.     Orgulloso.
3.     “Es un gran signo de mediocridad elogiar siempre moderadamente”, Leibniz.  Es una cobardía aplacar la admiración. El que no admira lo mejor no puede mejorar.
Los roedores de la gloria
¨       Agraviador. La incapacidad de construir los empuja a destruir. Desear achicar el logro ajeno por el simple hecho de que ellos no lo han construido. Les molesta que otros sean admirados y ellos no.
¨       Crítico. Enriquece las obras que estudia
La juventud y la vejez
¨    Desprecio a la juventud. Todo viejo cree que los jóvenes le desprecian y quieren verlo muerto para suplantarlo. Por tanto, traduce hasta la manía la hostilidad hacia la juventud, considerándola muy inferior a la de su tiempo, juicio que extiende a las nuevas costumbres cuando ya no puede adaptarse a ellas.
¨    Olvido compartido. El viejo olvida que fue joven y el joven olvida que será viejo: el camino a recorrer es siempre el mismo. ¿Cómo sorprendernos, entonces, de que los jóvenes revolucionarios terminen siendo viejos conservadores?
¨    Respeto. Los viejos protestan que no se les respeta lo necesario, mientras los jóvenes se desesperan por lo excesivo de ese respeto.
El libro puesto manos de los jóvenes, es el enemigo de la experiencia que monopolizan los viejos”, Faguet.
¨    ¿Por qué no gobiernan los jóvenes? Toda sociedad en decadencia es propicia a la mediocridad y enemiga de cualquier excelencia individual; es por esto que se les cierra el acceso al Gobierno hasta que hayan perdido su arista propia, esperando que la vejez los nivele, rebajándolos hasta los modos de pensar y sentir que son comunes a su grupo social.
¨    ¿Qué se debe hacer? Admiremos a los viejos por las superioridades que hayan tenido en la juventud: asumir peligros, ejercer a la lucha, combatir adversarios.



Fuente: "El hombre mediocre", José Ingenieros.

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