"La educación es
un acto de amor, por tanto, un acto de valor. No puede temer el debate, el análisis de la realidad; no puede huir de
la discusión creadora, bajo pena de ser una farsa.
¿Cómo aprender a
discutir y debatir con una educación que impone?
Dictamos ideas.
No cambiamos ideas. Dictamos clases. No debatimos o discutimos temas.
Trabajamos sobre el educando. No
trabajamos con él. Le imponemos un orden que él no comparte, al cual sólo se
acomoda. No le ofrecemos medios para pensar auténticamente, porque al recibir
las fórmulas dadas simplemente las guarda. No las incorpora, porque la
incorporación es el resultado de la búsqueda de algo que exige, de quien lo
intenta, un esfuerzo de recreación y de estudio. Exige reinvención.
No sería
posible, repetimos, formar hombres que se integren en este impulso democrático,
con una educación de este tipo. Y no sería posible porque esta educación
contradice este impulso y hace resaltar nuestra inexperiencia democrática", Paulo Freire.
Fuente: “La educación como práctica de la libertad”,
Paulo Freire.
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